Elvio Baldinelli is one of Argentina’s most distinguished economists. He has written a number of essays for this journal about relations between the United States and Latin America. In this essay on the politics of Latin America, he disputes the idea held by many in the United States that Latin America, in recent years, has become a largely far-leftist region. He questions how – and whether – Latin America is divided between left and right, and further questions what “left” and “right” actually mean in that region. An English translation follows the original Spanish. Readers may wish to look at his previous articles (archives) and especially his 2007 article, which this one brings up to date. – JEW
La Izquierda y la Derecha en América Latina
por Elvio Baldinelli
En verdad no corresponde que a los gobiernos de los países de América Latina se los clasifique de derecha o de izquierda, sino entre aquellos donde rige la democracia, donde la propiedad de los medios de producción están mayormente en manos privadas y donde son buenas las relaciones con EE.UU. respecto de aquellos en que no siempre se dan estas condiciones.
Entre los primeros figuran algunos gobiernos liberales o conservadores como Perú, México, Colombia y varios de Centroamérica y el Caribe así como otros que son socialistas a la manera europea, España es un ejemplo, como Brasil, Chile y Uruguay. No se dan esas características ni en Cuba, Venezuela, Ecuador, Bolivia o Nicaragua. Luego hay algunos gobiernos que por no encajar en ninguna de estas categorías que aquí los llamamos “no alineados”, siendo estos la Argentina, El Salvador y Paraguay.
Los socialistas a la “europea”
Comenzando por quienes son socialistas a la europea tenemos a Brasil que, después de seis años de gobierno del Presidente Luiz Inacio Lula da Silva han sido logrados importantes avances como que el número de las personas muy pobres ha bajado a la mitad y la clase media es hoy mayoría, con el 52% del total.
En este país se ha consolidado el ejercicio de la democracia, de la economía de mercado mientras que sus relaciones con EE.UU. son excelentes. Por otra parte ha tomado conciencia de su creciente peso en el mundo y de las responsabilidades que de esto derivan.
En el año 2010 habrá en Brasil una elección presidencial, para la que Lula está preparando a la jefa de su gabinete, Dilma Roussseff, una ex militante de izquierda para que sea su sucesora. Dada la amplia popularidad de Lula todo indica que Brasil no se apartará en los próximos años de su actual curso.
Otro país socialista donde la democracia prevalece así como el libre mercado y que tiene una buena relación con EE.UU. es Chile. El partido “Concertación para la Democracia” que ha gobierno el país desde el final de la dictadura del General Pinochet enfrentará, el próximo año, elecciones en las que puede perder el poder a manos de los Demócratas Cristianos, partido de centro derecha, por lo que no es de esperar grandes cambios en las políticas fundamentales del país.
En Uruguay, como en Brasil y Chile, existe un gobierno de izquierda pero como en los casos anteriores funciona la democracia representativa, la economía de mercado y son buenas las relaciones con EE.UU.
Cuando la economía argentina colapsó en 2001/02 fue declarado el default de las deudas, mientras que el Uruguay, pese su vecindad, llegó a un amistoso arreglo con sus acreedores. Esta política ortodoxa continuó aún después de que el izquierdista Frente Amplio tomara el poder en 2005.
En Uruguay habrá elecciones para presidente este año 2009 siendo probable que el partido del gobierno, el Frente Amplio, presente como candidato a Danilo Astori, un moderado ex ministro de economía, o a José Mujica, un ex dirigente guerrillero. También puede ganar el Partido Blanco de la oposición, pero en cualquiera de los casos el gobierno que surja continuará reflejando la sensatez de una población donde la clase media tiene mucho peso.
Los socialistas duros
Siguiendo con aquellos gobiernos de países latinoamericanos donde no funciona la democracia, o donde la actividad económica está en manos del Estado o que están enfrentados con EE.UU., tenemos en primer lugar a Cuba, donde se dan plenamente las tres condiciones.
Casi todos los países de América Latina desean que EE.UU. ponga fin al embargo contra Cuba y que se normalicen las relaciones con la isla. Pero por ahora no hay signos de que se piense liberar a los prisioneros políticos, y menos emprender el camino hacia la democracia.
En Venezuela funciona la democracia desde el punto de vista de que su presidente ganó el poder por el voto popular, pero su gobierno usa los instrumentos del Estado para aumentar el control sobre la sociedad.
El Presidente Hugo Chávez ha estatizado varias empresas importantes anunciando que esto es parte de lo que llama “el socialismo del siglo XXI”. En lo que hace a las relaciones con EE.UU. estas fueron malas en tiempos del Presidente Bush y no van por mejor camino con el nuevo.
El petróleo de Venezuela tiene hoy un precio que no llega a los u$s 50 el barril contra u$s 90 del año pasado. Este producto da lugar a aproximadamente la mitad de los ingresos del gobierno por lo que el déficit del presupuesto en 2009 puede llegar al 9% del PBI y la inflación al 30%.
Pese a todas estas dificultades es posible que el astuto Hugo Chávez prevalezca en el poder por largos años, con la consecuencia de un mayor deterioro de la economía y, lo que será peor, la profundización del enfrentamiento que ya divide a la sociedad.
El 25 de enero de 2009 fue aprobada en Bolivia una nueva constitución que establece especiales derechos y privilegios en favor de ciudadanos de descendencia indígena. Quienes la apoyan sostienen que así se busca eliminar siglos de discriminación ejercida contra los indígenas, primero por los españoles y luego por los blancos.
El presidente de Bolivia, Evo Morales, promueve este cambio. Al presente es popular en parte debido a que desde que llegó al poder en enero del año 2006 el país se ha beneficiado por los altos precios de las materias primas (que ahora han caído). Por otra parte debido a su origen indígena cuenta con el apoyo político del 50% de la población del mismo origen.
Quienes se oponen a la reforma constitucional dicen que con la nueva se impondrá un socialismo dogmático, será menor el respeto a las leyes y serán afectados los derechos humanos y los de la propiedad.
Bolivia enfrenta graves problemas, pero estos poco tienen que ver con políticas de izquierda o de derecha. Se trata de una comunidad que no ha logrado integrar a toda la población al punto de que sus desacuerdos amenazan, incluso, con llegar a la secesión.
El 15 de enero de 2007 Rafael Correa, un economista educado en EE.UU., asumió la presidencia de Ecuador anunciando que su política internacional será anti EE.UU. y que se sumará a la línea socialista de Hugo Chávez. El se proclama un “cristiano izquierdista” que combate al neoliberalismo que llevó a Ecuador al desastre económico.
La inversión privada desconfía debido a que Correa desconoció contratos con empresas extranjeras de petróleo, revocó concesiones mineras y amenazó a firmas telefónicas. Además el gobierno sostiene que la inversión pública será el motor del crecimiento.
Una nueva constitución fue ratificada el 28 de septiembre de 2008. Se trata de un documento con nada menos que 444 artículos en los que se garantiza, entre otras cosas un “salario justo” y la “buena vida”. El nuevo texto aumenta sustancialmente el poder del presidente, como que ahora podrá disolver el Congreso.
El 5 de noviembre de 2006 Daniel Ortega ganó las elecciones para la presidencia de Nicaragua. Ya había estado en el poder entre los años 1979 y 1990, período en el que impulsó una revolución, enfrentó una guerra civil, el país sufrió una fuerte inflación y confrontó a EE.UU. Ahora prometió cambios como dar seguridades al sector privado y a los inversores.
Los no alineados
En América Latina existen también algunos gobiernos que desearían integrar el grupo de los “socialistas duros”, pero que no lo hacen debido a falta de apoyo en sus respectivos países.
En la Argentina la democracia funciona con normalidad perdurando desde hace 20 años un régimen democrático, pero las instituciones no tienen apoyo, el respeto a la ley tampoco y es muy profunda la desconfianza hacia los órganos básicos del Estado como la policía, la justicia, los partidos políticos y el Congreso.
Si bien el gobierno ha estatizado varias importantes empresas el grueso de la actividad económica sigue en manos privadas. En octubre de 2008 el gobierno nacionalizó los fondos privados de pensión destruyendo la poca confianza que aún había en los inversores. Esto llevó a que u$s 23 mil millones salieran del país. En lo que hace a las relaciones con EE.UU. estas son buenas, pese a un persistente coqueteo con la Venezuela de Chávez.
Para fines del mes de junio del presente año 2009 habrá elecciones en las que se votará para la renovación de parte de los miembros de ambas cámaras del Congreso y no parece que el gobierno pueda mantener el mismo número de representantes con los hoy cuenta. El hecho de que no se haya embarcado en políticas más extremas no fue consecuencia de falta de vocación, sino por la oposición que encontró en amplios sectores de la población.
El Frente Farabundo Martí de Liberación Nacional (FMLN) de El Salvador libró entre los años 1970 y los 80 una horrible guerra de guerrillas apoyada por Cuba. La paz y la democracia llegaron en 1992. El FMLN se convirtió en un partido político, pero consecuencia de los temores que en amplios sectores de la población inspira su pasado hizo a que el partido conservador Arena gobernara al país desde entonces sin interrupciones. Por esta razón el FMLN buscó en el periodista Mauricio Funes un candidato a la presidencia con ideas moderadas a fin de alejar temores.
Funes, que ganó las elecciones, no se cansa de afirmar que está más cerca de las políticas que lleva adelante Luiz Ignacio Lula da Silva del Brasil que las de Hugo Chávez de Venezuela y reitera las promesas que hizo en la campaña electoral de respetar los derechos de propiedad, la estabilidad económica, la disciplina fiscal. y que mantendrá cercanos vínculos con EE.UU. El equilibrio no será fácil, pues algunos de los antiguos comandantes de la guerrilla van a abogar por una política más cercana a la que lleva Chávez.
Por 60 años, los primeros bajo dictaduras militares y desde 1989 en democracia, el Paraguay ha sido gobernado por el Partido Colorado. Pero en abril de 2008 un ex obispo, Fernando Lugo, ganó las elecciones para la presidencia. Se trata de un admirador de Hugo Chávez de Venezuela y de Evo Morales de la vecina Bolivia. Fundó un partido político llamado “Teco joja”, en guaraní “Justicia y equidad”, y contó con el apoyo del partido “Patria Querida” fundado por empresarios cristianos.
Como en los otros dos casos no encuentre en el país apoyo suficiente como para embarcarse en una política más extrema.
Conclusión
Para el año 2006 la población de América Latina llegaba a 550 millones de los cuales 227 millones habitaban en los países considerados aquí como liberales o conservadores, 208 millones en los llamados socialistas al estilo europeo, 63 millones en los socialistas duros y 52 millones en los no alineados.
Fueron considerados países con gobiernos liberales o conservadores Colombia, Costa Rica, Guatemala, Haití, Honduras, Jamaica, México, Panamá, Perú y la República Dominicana con el 41% de los 550 millones totales; fueron considerados socialistas al estilo europeo Brasil, Chile y Uruguay con el 38% de la población total; socialistas duros Bolivia, Cuba, Ecuador, Nicaragua y Venezuela con el 11% del total y no alineados la Argentina, El Salvador y Paraguay con el 10% del total.
Tal como puede verse los gobiernos de los países considerados conservadores o liberales sumados a los socialistas de tipo europeo significaron el 79% de la población de América Latina mientras los que tienen gobiernos clasificados como de socialismo duro solo significaron el 11%.
Durante los 5 años que siguieron a 2004 la economía de América Latina creció a un promedio anual de más del 5%, la inflación se mantuvo por lo general baja, el crédito se expandió y las exportaciones crecieron fuertemente. Ahora los gobiernos enfrentan las consecuencias de la recesión mundial que da lugar a una abrupta caída de los precios de las materias primas bajando por ello las perspectivas de crecimiento económico de la reunión.
La crisis económica que afecta al mundo puede modificar la orientación política de los gobiernos de América Latina, pero como ninguno escapará a sus consecuencias no hay modo de saber cuáles serán esos cambios. La razón está que con la baja de los precios de las materias primas todos los países sufrirán, y cuando esto sucede siempre los pueblos pasan factura al gobierno de turno, cualquiera sea su signo.
The Left and the Right in Latin America
by Elvio Baldinelli
English translation by J. Edgar Williams
Actually, the governments of the Latin American countries should not be classified simply as “left” or “right.” Instead, we should break them down as countries where democracy is the rule, where ownership of the means of production is mainly in private hands, and which have good relations with the United States; and, on the other hand, those countries where these conditions do not always apply.
In the first category, we find some liberal and some conservative governments, such as Peru, Mexico, Colombia, plus some in Central America and the Caribbean, and also others which are “European-style” socialist, like Brazil, Chile, and Uruguay. The above-mentioned characteristics are not present in Cuba, Venezuela, Ecuador, Bolivia, or Nicaragua. Then there are some governments which don’t fall into either of these categories and which can be called “non-aligned.” These are Argentina, El Salvador and Paraguay.
Socialists “European style”
The main country in this category is Brazil, which, during six years of the government of President Luis Inacio Lula da Silva, has achieved important advances, such as the reduction by half of the number of people in poverty, and the increase of the middle class, which today is a majority, being 52% of the population. Brazil has strengthened the practice of democracy and the market economy, while its relations with the United States are excellent. In addition, it has recognized its growing influence in the world and the responsibilities that this entails. In 2010, Brazil will hold a presidential election, and Lula is preparing as his successor his Chief of Cabinet, Dilma Rousseff, an ex-militant of the left. Given Lula’s high level of popularity, all indications are that, in the coming years, Brazil will not diverge from its present course.
Another socialist country where democracy and the free market prevail, and which has good relations with the United States, is Chile. The “Covenant for Democracy” Party, which has governed the country since the end of the dictatorship of General Pinochet, will face elections next year in which it might lose power to the Christian Democrats, a center-right party. This means that no major changes are expected in Chile’s fundamental policies.
In Uruguay, as in Brazil and Chile, there is a government of the left, which, as in those other cases, functions as a representative democracy with a market economy, and has good relations with the United States When the Argentine economy collapsed in 2001/2002, a debt default was declared. However, Uruguay, despite being a close neighbor, reached an amicable agreement with its creditors. This orthodox policy still continues, even after the leftist “Broad Front” party took power in 2005. Uruguay will hold presidential elections this year, 2009, and it is likely that the Broad Front party will present as its candidate either Danilo Astori, a moderate former Minister of Economy, or Jose Mujica, a former guerrilla leader. It is possible that the opposition “White Party” might win, but in any case, the successor government will continue to reflect the good judgment of a population in which the middle class carries a lot of weight.
The hard-line Socialists
Considering those governments in Latin America where there is no functioning democracy, or where economic activity is in the hands of the state, we find, in first place, Cuba, which displays all the hard-line socialist conditions. Almost all the countries of Latin America want the United States to end the embargo against Cuba and to normalize relations with the island. But at present, there are no signs that Cuba is considering freeing its political prisoners or embarking on a course towards democracy.
Venezuela’s oil is now at prices which hover around $50 per bbl, as compared to $90 per bbl. last year. This product furnishes almost half of the government’s income, and the budget deficit in 2009 could reach 9% of the GDP, with inflation possibly going to 30%. In spite of these difficulties, it is possible that the clever Hugo Chavez could keep his hold on power for many years as a result of further deterioration of the economy, and even worse, the deepening of the confrontation which is dividing the society.
In Bolivia, on January 25, 2009, a new constitution was approved, which establishes special rights and privileges for those citizens of indigenous descent. The supporters maintain that, in this way, the aim is to eliminate centuries of discrimination against the indigenous peoples, first by the Spaniards and later by all whites. The President of Bolivia, Evo Morales, promoted this change. At present, he is popular, partly because, since he came to power in 2006, the country has benefited from the high prices of raw materials (which are now falling). Another reason for his popularity is his indigenous descent, thus receiving the support of the 50% of the population which is indigenous. Those who oppose the constitutional reform say that the new constitution imposes a dogmatic socialism under which there will be less respect for the laws and which will affect human rights and property rights. Bolivia confronts serious problems, but these have little to do with policies of the left or the right. They arise from a community which has not succeeded in integrating the entire population, to the point at which the disagreement threatens even to arrive at secession.
On January 15, 2007, Rafael Correa, an economist educated in the United States, assumed the presidency of Ecuador, announcing that his international policy would be anti-U.S., and that he would support the socialist line of Hugo Chavez. He proclaimed himself a “leftist Christian” who would fight the neoliberalism which brought Ecuador to economic disaster. Private investors are distrustful, since Correa disavowed contracts with foreign oil companies, revoked mining concessions, and threatened communications companies. In addition, the government maintains that public investment will be the engine of change. A new constitution was ratified on December 28, 2008. It is a document with no less than 444 articles, in which. among other things, there are guarantees of “fair salaries” and “a good life.” The new text increases considerably the power of the president, including the power to dissolve Congress.
On November 5, 2006, Daniel Ortega won the election as president of Nicaragua. He had been in power between 1979 and 1990, a period during which he activated a revolution and confronted a civil war, and in which the country suffered from strong inflation and a confrontation with the United States Recently, he has promised changes, such as giving assurances to the private sector and to investors.
The Non-aligned
In Latin America, there also exist some governments that would like to join the group of hard-line socialists, but don’t do so because of lack of support from their populations. In Argentina, democracy is functioning normally, a democratic regimen having lasted for 20 years, but its institutions lack support. There is no respect for the law and there is a profound lack of confidence in the basic organs of the state, such as the police, the justice system, the political parties and the Congress. Although the government has nationalized a number of important companies, the bulk of economic activity remains in private hands. In October, 2008, the government nationalized private pension funds, destroying what little confidence investors still had. This resulted in $US23 billion leaving the country. Concerning relations with the United States, they remain good, despite persistent flirting with Chavez’s Venezuela. At the end of June, 2009, there will be elections in which the people will vote on new terms of office for part of both houses of Congress, and it does not appear that the government will be able to maintain the numbers that it now has. The fact that more extreme policies have not been adopted is not a result of a lack of the government’s desire to do so, but results from the opposition from broad segments of the population.
The Farabundo Marti Liberation Front (FMLN) of El Salvador from 1970 through the 1980’s engaged in a horrible guerrilla war supported by Cuba. Peace and democracy came in 1992. The FMLN converted itself into a political party, but, because of the fears among broad sectors of the population inspired by the history of that group, the conservative party ARENA has governed since then without interruption – until now. To alleviate fears grounded in its history, the FMLN sought out Mauricio Funes, a journalist with moderate ideas, as its candidate. Funes won the election in March, 2009, and consistently affirms that his policies are closer to those of Lula of Brazil than to those of Chavez of Venezuela. He reiterates promises made during his election campaign to respect property rights, and to maintain economic stability, fiscal discipline, and close ties to the United States. Maintaining equilibrium will not be easy, since some of the old guerrilla commanders will promote a policy closer to that of Chavez.
For 60 years, at first under military dictators and, since 1989, with democracy, Paraguay has been governed by the Partido Colorado (the Red Party). But in April, 2008, a former bishop, Fernando Lugo, won the presidential election. He is an admirer of Hugo Chavez of Venezuela and of Evo Morales of Bolivia. He founded a party called “Teco Joja”, which in Guarani means “Justice and Equity,” and he had the support of the “Beloved Fatherland” (“Patria Querida”) party, founded by Christian businessmen. As in the other two cases, there is insufficient support in the country for him to embark on a more extreme policy.
Conclusion
For the year 2006, the population of Latin America arrived at 550 million, of which 227 million live in the countries considered here to be liberal or conservative; 208 million are in European-style socialist countries; 63 million in hard-line socialist countries; and 52 million in the non-aligned countries.
Countries considered to have liberal or conservative governments are: Colombia, Costa Rica, Guatemala, Haiti, Honduras, Jamaica, Mexico, Panama, Peru, and the Dominican Republic, with 41% of the 550 million total population. Those considered European-style socialist are Brazil, Chile, and Uruguay, with 38% of the total. Hard-line socialist countries are Bolivia, Cuba, Ecuador, Nicaragua and Venezuela, with 11% of the total. The non-aligned countries, Argentina, El Salvador, and Paraguay, have 10% of the total. As can be seen, the countries considered to be conservative or liberal, together with the European-style socialist countries, amount to 79% of the population of Latin America, while those considered hard-line socialists amount to 11%.
During the five years following 2004, the Latin American economy grew at an average annual rate of over 5%; inflation remained, in general, low; credit expanded; and exports grew strongly. Now the governments are faced with the consequences of the world recession, which has given rise to an abrupt fall in the prices of primary products, thus reducing prospects of economic growth in the region.
The economic crisis which affects the world could change the orientation of the governments of Latin America, but, since none can escape its consequences, it is impossible to know what these changes might be. The reason is that, with the fall in the prices of primary products, all the countries will suffer; and when that happens, the people always blame the government in power, whatever its political label might be.
Dr. Baldinelli, a distinguished economist, has served in various senior positions in the Argentine Government, including Vice President of the Central Bank and Secretary of State for Foreign Commerce. Previously, he held a senior position in the administration of the Latin American Free Trade Association, predecessor of the present-day Mercosur. Dr. Baldinelli is a member of American Diplomacy‘s Editorial Review Panel.